Un día de verano (Parte I)

Un día de verano
(Parte I)

Era un día de verano cualquiera, al menos eso pensaba hasta que apareció aquella silueta. De un momento a otro creí que el destino jugaba con mis ojos, que la naturaleza había decidido crear un espejismo sobre aquel lago bueno, estrictamente no sobre el lago sino sobre una balsa en el lago.

Imaginen el lugar: una autopista que rodea un azul y tranquilo lago el cuál, esta cubierto por arboles llorones en sus orillas, grandes ramas de estos arboles tenuemente acarician el lago haciendo pequeñas ondas de vez en vez sin que llegaran a afectar ni la quietud ni el azul del lago. Sobre la orilla en una pequeña lancha me encuentro yo, recostado sobre mis brazos, disfrutando de la tranquilidad del silencio y del hermoso y tenue movimiento de las nubes, del abrazador arrullo del lago, oliendo los finos olores del agua, de los arboles y de las flores que pudiesen estar en las orillas, olfateando felizmente a la naturaleza; de pronto un tenue olor a vainilla comienza a acercarse, el ruido de una lancha llegando a la orilla se escucha a no más de 5, quizás 6 metros a lado.

Me levanto lentamente para no alterar el balance de mi pequeña lancha y giro hacia la dirección del sonido para observar aquello que ocasiono el ruido; una barca vacía se encontraba en la orilla, una barca que anteriormente no estaba ahí.

-...pero ¿Qué diablos?- digo mientras jalo la cuerda amarrada a la orilla para acercar mi lancha hacia ella. 

Salgo, camino en dirección a la otra lancha. No parecía haber nadie en la lancha pues, nadie la venía navegando.

Al pararme, vi a la mujer mas hermosa que pudiera haber encontrado en mi vida.

Una mujer rubia, su cabello lo tenia sujetado mediante una cola de caballo, tenia un tono de piel blanco como la leche pero levemente rosado; sus pestañas no eran muy largas pero tampoco cortas; su silueta era... ah (suspiro) caray con eso les digo todo. Llevaba una camisa de cuadros desabotonada que dejaba ver una blusa blanca como el color de su piel, un pantalón de mezclilla ajustado, estaba descalza.

Dormía como una princesa, sus leves ir y venir de la respiración apenas podían notarse, si no la veías fijamente fácilmente podías decir que estaba muerta. Bueno, si veías sus lindas mejillas dirías lo contrario, ya que se inflaban levemente durante su exhalación.

Me acerqué para poder verla más de cerca, abrió los ojos muy lentamente.

Me separé de manera casi inmediata y ella soltó un grito, se incorporó tratando de sentarse rápidamente en la balsa lo que ocasiono que esta comenzará a amenazar con voltearse , trate por instinto de tomar la balsa de ambos lados para evitar esto, en un arrebato de instintos soltó un puñetazo directo a mi cara. 

Imaginen la escena: Me llevo las manos a mi nariz mientras caigo hacia atrás, ella, medio incorporada gira junto con la lancha y cae en agua. Se sumerge en la orilla completamente para salir con la típica expresión de: uuu..AHH! y se recarga con una de sus manos en el fondo mientras con otra se trata de secar irónicamente con la ropa mojada los ojos para poder ver más claramente.

-¡Diablos!, ¿Qué te sucede?-

-¿Qué te sucede a tí? ¡Maldito Violador!-

-¡¿Violador!?- retiro las manos de mi nariz- Eres muy bonita pero aun así jamás te violaría, ¡ni a ti ni a nadie!

Debido al color tan claro de su piel note instantáneamente un leve rubor en sus mejillas.

-...pupupu... ¡pues una persona normal te habla antes de acercarse tanto!- 

-Pues una persona normal te pregunta que deseas o quien eres antes de darte un puñetazo directo a la nariz-

Un leve silencio regreso al lago.

En ese instante vi su silueta mojada y la leve transparencia de su blusa por lo que instantáneamente, ya todo sonrojado, le tendí la mano para ayudar a levantarse.

-Me llamo Sarah-

La levanté con fuerza y se incorporó rápidamente. Estaba hecha una sopa.

-Julio, mucho gusto-