Hoy recorrí la carretera, la misma carretera. Creo que era la misma hora, no recuerdo bien, hoy el reloj del coche marcaba 5.15.
El mismo cálido sol de aquella tarde y la húmeda temperatura me trajeron recuerdos. El aire que entraba por la ventana a pesar de ser cálido refrescaba el intenso calor que se sentía en el coche.
Ser copiloto en autopista es genial, me llega la nostalgia de nuestros recuerdos al cerrar los ojos. Puedo imaginar una y otra vez que estás manejando como en aquella ocasión, puedo imaginar que recorremos los caminos con solo un pensamiento en nuestras mentes: nosotros.
Al llegar al clima frío de la ciudad, la fresca brisa que poco a poco se torna fría me lo recuerda; no estás aquí para cerrar las ventanas y conservar el calor dentro del coche. Ya no estás, te fuiste en esta misma carretera, con este mismo sol que al abrir los ojos quema mis retinas y me impide ver nuestro horizonte; te fuiste sin que pudiera despedirme, sin siquiera poder escucharte decir adiós.
Te fuiste sin que pudiera aún aceptarlo.
Al tener la ventana abierta siento que en el aire vienen tus caricias, aquellas que me diste y aquellas otras que no pudiste darme; también cerrando los ojos recuerdo aquél día pero, en mi recuerdo regresas a darme un beso de despedida, "cuídate" te hubiera dicho y tal vez con esas palabras dichas, solo tal vez me gustaría pensar... no, me gustaría imaginar que hubieras llegado a casa al día siguiente, tal vez...
No hay comentarios:
Publicar un comentario