Un sueño y la pelusa

Un sueño y la pelusa

Una vez mi abuelo me dijo sabiamente:

-¿Alguna vez has alcanzado una pelusa nieto?- Solía referirse a mi como nieto, a mi padre como hijo y a mi madre como nuera. En ese entonces yo tenia 10 años.

-¿Una pelusa abuelo?- le respondí con la curiosidad que responde un niño de 10 años - ¡¿Para que quiero una pelusa?! - finalice con la sinceridad solo equiparable a mi curiosidad a esa edad.

Una pelusa nieto es como un sueño, -dijo levantando una mirada al cielo- es pequeño entre el gran espacio que tenemos, aparece flotando a nuestros alrededores y nos llama la atención. -Hizo una pausa, me miró y me sacudió el cabello con su mano cariñosamente.

Cuando la intentamos atrapar vuela y se nos escabulle de entre la mano, así que usamos las dos manos para poder atraparla - en ese momento, con sus dos manos atrapó algo en el aire-, al acercarla a nuestros ojos pareciera que no hay nada -hizo una pausa, abrió sus manos y me mostró las palmas abiertas-, ¿Ves algo nieto?

Yo me esforcé por ver algo en sus manos pero realmente no vi nada. 

-No abuelo, no hay nada- repliqué.

-Tócala- me dijo mientras con uno de sus dedos señalaba hacia la palma.

El efecto de la luz me había negado la posibilidad de ver la pelusa pero, a la hora de acercar mi mano pude verla -¡Ahí está abuelo!- la toqué y sentí un pequeño cosquilleo en la mano. Al moverme la pelusa alzo vuelo hacia la inmensidad del cielo.

Pero es cuando realmente tocamos nuestro sueño cuando nos damos cuenta que estaba ahí y, si no lo hacemos con cuidado, se nos puede volver a ir volando; por eso nieto, -hizo una pausa, bajo la mirada que había subido para ver la pelusa volar- por eso debes sentir tus sueños y una vez que los sientas mirarlos fijamente para no dejarlos ir.

Escuchando sus palabras mientras veía la pelusa volar por el aire, imagine todo lo que quería ser cuando creciera, lo que iba a tener, lo que me quería comprar... Inclusive ahora cuando siento que estoy perdido, voy al campo a atrapar pelusas y, como hace varios años, a decirle a mi abuelo: Gracias.